Aquí, en el Cabanyal
nací y crecí entre tintes y telas.
Mi padre era un alquimista del color.
En el corral, en baldes llenos de agua y tintes,
sumergía las prendas con una caña.
Practicaba su oficio con cariño
y mucha paciencia.
Desde la intención al resultado final,
pasando por el proceso,
todo formaba parte de un ritual químico y mágico
de transformación de la materia
mediante el color.
De estas vivencias, que me fascinaban
y permanecen en mi memoria,
surgió la necesidad de expresarme mediante el color,
de ensimismarme en el proceso e invitar al azar
como aliado para que intervenga, dejando su impronta.
A esa tarea de introspección personal,
y experimetación, pertenecen esta serie
de lavados y monotipos,
que estarán durante unos días
en este amigable espacio.

Del 30 de marzo al 25 de abril.
Calle Doctor Lluch, 46,
Cabanyal.

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